Experto cree que “toca impulsar” la economía circular en el ámbito rural
Las ciudades «ya han empezado a dar pasos hacia la economía circular y ahora toca impulsar también el ámbito rural» ha explicado a Efe el doctor en ingeniería industrial por la Universidad de Navarra, Ion Irizar, que coordina el proyecto europeo CircRural4.0 desde la Asociación Centro Tecnológico Ceit-IK4.
Esta iniciativa, destinada a optimizar la gestión de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) en áreas rurales es “pionera”, ya que se anticipa a una “inevitable regulación europea sobre economía circular en el uso del agua” que afectará a estas infraestructuras.
En el mundo rural
El objetivo final es que las pequeñas y medianas depuradoras del mundo rural aprendan a adaptarse al “nuevo paradigma de estrés hídrico” como ya lo están haciendo las de las grandes urbes pues, como explica Irizar, la gestión “deberá obedecer al principio de economía circular y aprovechar al máximo los recursos”, tanto hídricos como energéticos, derivados de su tratamiento.
Irizar recuerda que el consumo de agua o de energía “no ha sido una preocupación” para las autoridades europeas durante los últimos decenios, pero la situación ha cambiado.
“Hasta ahora, las depuradoras europeas se construían con el único fin de minimizar el impacto ambiental en los cauces receptores” de las aguas residuales tratadas, mas el creciente consumo de agua y su excesiva contaminación han forzado “un cambio de criterios”.
Por ello, CircRural4.0 se centrará en desarrollar una tecnología y un protocolo de medidas para economizar el uso de agua, facilitar su reutilización y promover además el aprovechamiento de los residuos que llegan a las estaciones.
Eficiencia energética
La necesidad de afrontar problemas como el cambio climático y el déficit de energía ha provocado que “la eficiencia energética también comience a ser un requisito” en esta gestión, por lo que el proyecto investigará las mejores soluciones tecnológicas para generar energía eléctrica a partir de los lodos -restos que producen las depuradoras al tratar el agua- y los restos alimentarios contenidos en los residuos que llegan a las EDAR.
“Los lodos de depuradora han sido considerados hasta ahora como un problema y por tanto se ha tratado de minimizar su producción, pero tienen compuestos que podemos recuperar como recursos y suponen, por tanto, una oportunidad”, ha precisado este experto.
Un proceso de biometanización, por ejemplo, permitirá producir biogás a partir de estos residuos, transformándolos en recurso y cerrando así el ciclo dentro del concepto de “economía circular”.
Por todo ello, el proyecto “no significa que vayamos a dejar de cumplir la normativa actual” sino que busca mejorarla, combinando el tratamiento descontaminador con el ahorro y la generación energética.
Cuatro productos
La solución técnica implica la creación de cuatro “grandes productos”, empezando por un sistema de control avanzado que permitirá conseguir la eliminación biológica de fósforo en diques de oxidación, configuración más habitual en una EDAR rural.
Los socios crearán también una herramienta software de análisis de datos para transformar los datos brutos facilitados por múltiples instalaciones en información “fácil de analizar e intepretar” que será centralizada y accesible vía Internet, para simplificar la gestión integrada.
El tercer producto es una tecnología de tratamiento capaz de combinar la codigestión anaerobia seca con precipitación de nitrógeno y fósforo haciendo factible también la producción de metano, a través de la centralización del tratamiento de lodos y residuos agroalimentarios.
Finalmente, los socios desarrollarán un software para ayudar a la elaboración de estudios sobre soluciones óptimas de diseño para la gestión integrada de agua residual, lodos y residuos agroalimentarios.
Socios y presupuesto
CircRural4.0 cuenta con un presupuesto de cerca de 1.800.000 euros, que serán invertidos en distintas labores de investigación, incluyendo cuatro plantas piloto, dos de las cuales serán instaladas en Badajoz, una en Portugal y otra en Francia.
Aunque esta iniciativa se desarrollará durante los próximos tres años, “la implantación a escala real” podría durar hasta seis, ha añadido Irizar.
Financiado en un 75 % por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) dentro del marco de los programas Interreg Sudoe, en el proyecto trabajan nueve socios, de los cuales cuatro son centros tecnológicos españoles, dos son portugueses y otros dos, franceses.
Además del Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Guipúzcoa (Ceit-IK4), participan la Fundación Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), el Centro Tecnológico Agroalimentario Extremadura CTAEX y el Consorcio de Servicios Medioambientales de la Provincia de Badajoz.
A ellos hay que sumar los socios portugueses –la Universidade Nova de Lisboa y Águas de Portugal– y los franceses -el Institut National des Sciences Appliquées de Toulouse y el Syndicat Mixte de l’Eau et de l’Assainissement de Haute-Garonne-, así como EFEverde de la Agencia Efe, encargada de las labores de comunicación. Efeverde.